La mastitis es una patología de mama muy común entre mujeres, especialmente en aquellas que se encuentran en período de lactancia. En algunos casos, puede presentarse acompañada de infección, por lo que es importante un diagnóstico completo para la aplicación del tratamiento adecuado.
¿Qué es la mastitis?
Se conoce como mastitis a la patología de mama resultante de la inflamación del tejido mamario, que, en los casos más severos, podrá causar infección en la misma.
De manera habitual, esta enfermedad se da en mujeres que están amamantando, siendo especialmente común durante las primeras seis semanas tras el parto.
Causas de la mastitis
Las causas de la mastitis pueden ser muy diversas en función de la sintomatología y las características de la paciente. Sin embargo, la causa principal se debe a la retención de leche en los alveolos, provocado en muchos casos, por el bloqueo de los conductos del pecho, lo que conlleva un vaciado insuficiente de leche y, por tanto, inflamación en la zona.
No obstante, existen otros factores que pueden ser causantes de mastitis. Por ejemplo, la existencia de heridas en los pezones provocadas por distintas bacterias, así como, tomas demasiado espaciadas en el tiempo o un período de lactancia excesivamente corto.
Por otro lado, la mastitis en mujeres no lactantes suele producirse por la dilatación de los conductos mamarios. Una higiene adecuada, el cuidado de la piel y hábitos de vida saludable son aliados para prevenir este tipo de mastitis.
Síntomas de la mastitis más comunes
Como se ha explicado anteriormente, la acumulación de leche en el pecho puede provocar una infección en la zona. En función de la gravedad y las características de la paciente, la sintomatología podrá variar. Sin embargo, existen algunos síntomas muy comunes que se dan con frecuencia en las pacientes con mastitis.
En primer lugar, es habitual sentir dolor y molestias en la zona, que, en muchos casos, surge acompañada de sensibilidad y sensación de calor en la mama.
Además, la paciente podrá detectar la existencia de inflamación o aparición de una masa o bulto en la mama.
En los casos en los que haya surgido infección, la paciente podrá sentir malestar general, así como, fiebre alta.
Tipos de mastitis
No todas las mastitis son iguales ni presentan la misma gravedad. Podemos encontrar varios tipos:
Mastitis subclínica
Aparece una menor concentración de bacterias, así que aunque existen problemas en la secreción de leche, no se presenta dolor.
Mastitis aguda
Inflamación intensa de la mama, suele ser de corta duración aunque severa. Su diagnóstico es, fundamentalmente, clínico.
Mastitis crónica
Es un tipo de mastitis que se mantiene en el tiempo, aunque presenta una menor intensidad en los síntomas. Habitualmente aparece debido a la mala evolución de una mastitis aguda.
¿La mastitis puede provocar cáncer?
No, la mastitis no favorece la aparición de cáncer de mama. Sin embargo, los síntomas sí pueden ser similares. En concreto, el cáncer inflamatorio de mama suele confundirse a menudo con mastitis.
Por tanto es sumamente importante acudir a un centro especializado para obtener, cuanto antes, el diagnóstico y tratamiento adecuado para tu mastitis.
Diagnóstico de la mastitis
Ante la aparición de cualquiera de los síntomas anteriormente mencionados, es importante que la paciente acuda a su médico para que pueda estudiar la sintomatología y, en caso necesario, prescribir el tratamiento adecuado.
En primer lugar, se hará una palpación física de la mama, que permita conocer las sensaciones de la paciente, así como, comprobar la existencia de inflamación en la mama.
En gran parte de los casos, será necesario realizar pruebas de imagen, especialmente ecografías de mama, que permitan ampliar la información de la que se dispone, así como, descartar la existencia de un absceso en el seno.
En los casos más graves, podrá ser recomendable extraer una muestra de leche de la mama, que permita realizar un cultivo.
Mejores tratamientos para la mastitis
En caso de infección, suele prescribirse el uso de antibióticos. Es importante ser responsables y tomar todos los medicamentos para minimizar la reaparición de la infección, aunque ya nos encontremos mejor.
Suelen recetarse cloxacilina, eritromicina o amoxicilina para la mastitis. Si al terminar el tratamiento con antibióticos los síntomas perduran, lo ideal es acudir al especialista.
Por otro lado, para tratar el dolor, se recomiendan analgésicos de venta libre, como el ibuprofeno o el paracetamol.
La mastitis en la lactancia
La mastitis afecta a una de cada diez madres, aunque hay estimaciones que aumentan este ratio a un tercio de las nuevas mamás. Normalmente ocurre en las primeras seis semanas tras el parto, pero no siempre es así.
Entre las causas habituales se encuentran el vaciado insuficiente de la leche, bloqueo de los conductos mamarios o grietas en los pezones que permiten la entrada de bacterias.
Para prevenir esta dolencia se recomienda, en la lactancia, asegurarnos de que el bebé se agarra correctamente, y de que los pechos quedan vacíos tras cada toma.
Síntomas de mastitis en la lactancia
Si durante la lactancia aparece la falsa sensación de que no se produce suficiente leche, hinchazón, dolor, calor en la zona o fiebre, es posible que tengamos mastitis. Sin embargo, recomendamos evitar el autodiagnóstico y acudir siempre a un centro especializado..
¿Se puede amamantar con mastitis?
Es totalmente inocuo para el bebé continuar la lactancia en caso de mastitis, y además es lo mejor para la madre, ya que facilita el correcto vaciado de los pechos. De hecho, se recomienda amamantar al bebé con el seno afectado en primer lugar, para eliminar las posibles obstrucciones.
La mastitis es una patología muy común hoy en día. Es incómoda, pero no tiene por qué suponer un problema grave para la mujer: para ello es importante, ante los primeros síntomas, acudir a un médico especialista en enfermedades mamarias, pues un diagnóstico temprano nos asegurará un tratamiento y seguimiento eficientes para la mastitis.