Ecografía pediátrica: tipos y ventajas

La ecografía pediátrica es una de las pruebas diagnósticas de imagen más empleadas para el diagnóstico de patologías en niños de edades tempranas. Se trata de una prueba completamente segura, que proporciona una información muy completa para la aplicación del tratamiento más adecuado en cada caso.

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¿Qué es una ecografía pediátrica?

Se conoce como ecografía pediátrica o ecografía neonatal o de neonatos, a aquella prueba de diagnóstico empleada, especialmente, en pacientes de edades tempranas que, mediante el uso de ondas de ultrasonido, permite llevar a cabo una exploración completa del cuerpo del niño.

Se trata de una prueba indolora y completamente segura para el menor, ya que no emplea radiación y, por tanto, no tendrá ningún efecto secundario en el desarrollo de órganos y estructuras internas.

La ecografía pediátrica es una prueba muy útil para la elaboración de diagnósticos muy diversos, ya que proporciona una gran fiabilidad en los resultados. Entre otras cosas, esto se debe a que el cuerpo del niño contiene mayor cantidad de agua y menor de tejido graso que el cuerpo de un adulto, lo que facilita la observación de estructuras internas.

Habitualmente, la ecografía pediátrica será prescrita por el pediatra o por un médico especialista, ante la aparición de anomalías o como prueba de control.

¿Cómo se realiza una ecografía pediátrica?

Para la realización de una ecografía pediátrica, es necesario disponer de una sonda especial. Ésta emite ondas de ultrasonido, que llegan hasta los órganos y vuelven a la sonda en forma de imágenes, que serán interpretadas e informadas por el especialista.

A la hora de someterse a una ecografía pediátrica, el paciente será colocado en la posición más adecuada, en función de la zona a estudiar. Posteriormente, se aplicará un gel que ayude al deslizamiento del ecógrafo sobre la piel del paciente. La duración de la prueba oscilará entre los cinco y diez minutos.

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Tipos de ecografía pediátrica

En función de las características y, especialmente, de la zona de estudio, existen diferentes tipos de ecografía pediátrica. Entre las más habituales, se encuentra la ecografía cerebral. Ésta se emplea, especialmente, en pacientes recién nacidos en los que los huesos de la cabeza no están completamente formados.

Por otro lado, se pueden diferenciar la ecografía testicular y urológica, en las que se observará el aparato urinario del niño. Además, una de las más comunes, es la ecografía pediátrica abdominal.

Las ecografías pediátricas de partes blandas, permiten estudiar diversas zonas y elaborar diferentes diagnósticos. Algunas de las zonas más estudiadas con esta técnica, son la pared abdominal, posibles lesiones en la piel o la zona del cuello del bebé.

Por último, la ecografía pediátrica de cuello musculoesquelético, se emplea cuando existe dolor o malformación en los músculos del cuello del niño. Así como, la ecografía de cadera, que permite realizar estudios de la articulación, especialmente, en aquellos niños con un peso corporal elevado en el momento del parto, en los que pueda existir riesgo de fractura.

¿Qué patologías pueden detectarse en una ecografía pediátrica?

Existen diversos motivos que pueden llevar al pediatra o al médico especialista a tomar la decisión de prescribir una ecografía pediátrica. Esto se debe, como se ha explicado anteriormente, a que la prueba aporta una información muy válida y completa para establecer un diagnóstico.

La ecografía pediátrica puede detectar o esclarecer las causas de diversas patologías. Por ejemplo, en muchos casos, esta prueba puede desvelar las causas de la ictericia.

Además, es habitual que se prescriba una ecografía pediátrica a bebés que presenten reflujo, ya que, mediante ésta, se podrá observar si existen cualquier tipo de anomalía o malformación que pueda estar provocándolo.

Por otro lado, como ya se ha explicado, la ecografía de partes blandas, podrá alertar de la existencia de roturas fibrilares o de lesiones o malformaciones en los músculos del paciente.

Las ecografías pediátricas urinarias son de las más empleadas, ya que, entre otras cosas, podrán diagnosticar la existencia de infección. Así como, abscesos, torsiones testiculares o hernias inguinales.

Por último, en el caso de la ecografía abdominal, podría decirse que es la prueba fundamental para el diagnóstico de determinadas patologías. Por ejemplo, apendicitis aguda.

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Ventajas de la ecografía pediátrica

Como se ha ido explicando a lo largo del post, la ecografía pediátrica o neonatal presenta numerosas ventajas en el diagnóstico de patologías infantiles. En primer lugar, se trata de una prueba que se realiza de manera ambulatoria, por lo que el paciente no tendrá que permanecer hospitalizado antes, ni después de la prueba.

Además, no requiere una preparación específica, y se trata de una prueba indolora con una duración muy corta.

La ecografía pediátrica proporciona resultados de alta fiabilidad que se convierten en fundamentales para el diagnóstico y, posterior tratamiento, de diversas patologías.

Tal como se ha explicado, es importante que la ecografía pediátrica se realice en un centro especializado que disponga de una sonda especial, para obtener unos resultados válidos. En nuestra clínica de diagnóstico por imagen, Magnetosur, ponemos a disposición de nuestros pacientes todos los medios para la realización de ecografías pediátricas de manera segura.

 

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