¿Que es una ecografía?
Consiste en una prueba de diagnóstico que ofrece imágenes bidimensionales y tridimensionales de órganos internos por ultrasonido (ondas de sonido de alta frecuencia) para estudiar la evolución y alteraciones de su forma, tamaño y función. La ecografía no tiene ningún efecto secundario y para su realización no se aplica radiación.
Los riñones, el hígado y el corazón, entre otros, son órganos que se pueden estudiar con esta técnica no invasiva, así como los propios de las mujeres: mamas, útero, trompas de Falopio y ovarios.
Únicamente, debes tumbarte en una camilla mientras que el especialista pasa un aparato con gel por la zona del cuerpo a examinar que se denomina transductor, a la vez que te puede dar determinadas indicaciones como que contengas el aire o te coloques de una forma u otra. Las señales eco se reflejan automáticamente en la pantalla de un equipo informático. Se trata de una prueba de diagnóstico por imagen sencilla e indolora.
¿Para qué sirve una ecografía?
Se trata de una prueba de diagnóstico por ultrasonido sin ningún efecto secundario que analiza determinadas alteraciones en órganos como riñones, hígado, páncreas o corazón, tiroides, mama, músculos, articulaciones, partes blandas, y otras estructuras internas del cuerpo en las que se incluyen vasos sanguíneos y aparato genital entre otras.
La ecografía sirve para detectar multitud de enfermedades que comienzan con dolores, hinchazón o infección, y también para evaluar los daños en los órganos tras estas patologías. El tipo más habitual es la Ecografía abdominal en la que se realiza un estudio de vesícula biliar, el hígado, las vías biliares, riñones, páncreas, bazo, aorta y retroperitoneo para detectar posibles anomalías.