Pancreatitis o inflamación del páncreas: tipos, síntomas y tratamientos

La pancreatitis es una inflamación del órgano conocido como páncreas, y suele afectar con mayor frecuencia a los hombres. Ciertas enfermedades, cirugías y hábitos hacen que exista una mayor probabilidad de desarrollo y afección en las personas de este género.

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¿Qué es la pancreatitis y por qué se produce?

Como puede apreciarse, esta patología debe su nombre al órgano en el que se produce: el páncreas. Dicha víscera es una glándula de gran tamaño, ubicada detrás del estómago y cerca de la primera parte del intestino delgado. Su función, dentro del organismo, consiste en segregar jugos digestivos en el intestino a través de un tubo llamado conducto pancreático. Otro de los cometidos del páncreas es la liberación de las hormonas insulina y glucagón en la sangre.

En lo que se refiere a la pancreatitis, hay que decir que consiste en una inflamación del páncreas. Esta anomalía del organismo se produce cuando las enzimas digestivas comienzan a digerir el propio órgano. A su vez, la patología puede ser de dos tipos: pancreatitis aguda o crónica. Sin embargo, independientemente de su forma, la enfermedad es grave y puede conllevar complicaciones.

Otras enfermedades del páncreas

Además de la ya nombrada pancreatitis, existe el cáncer del páncreas y la fibrosis quística.

En el caso del cáncer de páncreas, es una enfermedad que se produce debido a la formación de células cancerosas (malignas) en dicho órgano.

La fibrosis quística es un trastorno que afecta a las células productores de sudor, jugo digestivo y moco, ya que estas secreciones se vuelven espesas, taponando los conductos de los pulmones y el páncreas mayoritariamente.

Tipos de pancreatitis

Como se ha nombrado anteriormente, existen la pancreatitis aguda y crónica, y cada una de las mismas poseen diferentes síntomas.

Pancreatitis aguda

Ocurre de forma repentina y generalmente desaparece en pocos días con tratamiento. A menudo es causada por cálculos biliares, que generan un atasco en el conducto pancreático provocando una inflamación en la víscera. Este tipo de afección también se conoce como “pancreatitis por cálculos biliares”. Entre sus síntomas más habituales, se encuentra el dolor en el abdomen (pudiendo llegar a la zona de la espalda), vómitos, náuseas o fiebre.

Pancreatitis crónica

Suele aparecer debido a una sistemática repetición de la aguda. Sin embargo, también puede haber detrás una enfermedad genética o hereditaria, así como cálculos en la vesícula biliar o una hipercalcemia, que es un aumento de calcio en sangre. Este tipo, se caracteriza por presentar dolor en la zona superior del abdomen (que va disminuyendo a medida que la glándula se va deteriorando), pérdida de peso, diarrea y distensión abdominal.

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Tratamientos para hacer frente a las diversas patologías

En lo que se refiere a la anomalía aguda, el tratamiento dependerá del alcance de la patología. Por regla general, el paciente debe ser hospitalizado para tener un mayor control. El principal objetivo durante la estancia será evitar a toda costa que el páncreas siga haciendo su función dentro del aparato digestivo. Para ello, el paciente permanecerá en ayunas durante unos días y se alimentará mediante líquidos introducidos por vía intravenosa, antibióticos y analgésicos. Una vez reducidos los síntomas, el sujeto recibe el alta y, en función de lo que consideren los doctores, deberá cambiar la dieta y tomar medicación para suprimir las enzimas digestivas. También se recomendará una serie de analgésicos para reducir el dolor.
Si se habla de pancreatitis crónica, al tratarse de una patología que causa dolor persistente, los analgésicos tienen un gran peso en el tratamiento. En función de la intensidad del dolor, se utilizará paliativos de mayor o menor grado. En caso necesario, deberá acudirse a un tratamiento coadyuvante.

Si ninguno funciona, se efectuarían tratamientos intervencionistas especializados, como puede ser un drenaje pancreático, bloqueo y denervación por radiofrecuencia de los nervios esplácnicos o neuromodulación.

Síntomas de la pancreatitis

Dependiendo de la tipología de pancreatitis, pueden aparecer diferentes síntomas. No obstante, en ambos casos, la sintomatología comienza con un dolor en la parte alta del abdomen, que también puede extenderse a la espalda.

En lo que se refiere a la patología aguda, el dolor abdominal puede ser leve o intenso, y la duración suele ser variable. A su vez, pueden aparecer otros síntomas como fiebre, náuseas y vómitos, aumento del ritmo cardíaco o inflamación del abdomen.

Por otro lado, en la pancreatitis crónica es posible que el dolor se vuelva persistente y de mucha intensidad. También puede empeorar después de la ingesta de alimentos. En algún caso, el dolor desaparece a medida que la afección aumenta, provocando que no haya síntomas hasta que llegan las complicaciones. Otros factores indicativos pueden ser náuseas, diarreas, vómitos, heces grasosas o adelgazamiento.

Se recomienda la atención médica urgente si surgen síntomas de pancreatitis grave, como son fiebre y escalofríos, latido rápido del corazón, dificultad para respirar o ictericia (color amarillento de la piel o del globo ocular). Si esta sintomatología se deja sin tratar, los problemas derivados pueden llegar a ser mortales.

Causas y patologías que pueden provocar la aparición de pancreatitis

Entre las principales acciones que pueden desembocar en esta patología se encuentra el consumo desmedido de bebidas alcohólicas. Es la causa más frecuente de la pancreatitis de tipo crónico. Además, otros factores que facilitan la aparición dicha enfermedad serían la obesidad, fibrosis quística, cáncer de páncreas o niveles altos de triglicéridos en sangre. El efecto secundario del uso de un determinado medicamento prolongado en el tiempo también podría derivar en dicha anomalía.

Sin embargo, a pesar de las innovadoras técnicas en medicina, hay muchas ocasiones en las que las causas de una determinada pancreatitis se desconocen por completo.

Cómo detectar las enfermedades en el páncreas

Cuando los especialistas sospechan que un paciente puede tener pancreatitis, lo someten a diferentes pruebas para elaborar un diagnóstico lo más preciso posible. En primer lugar se efectúa un análisis de sangre para ver si los niveles de enzimas digestivas son elevados. El segundo paso es analizar las heces para cuantificar los valores de grasa que pudieran sugerir la incorrecta absorción de nutrientes. Posteriormente se realiza una tomografía computarizada, que sirve para la detección de cálculos biliares y evaluar si existe una inflamación del páncreas. También se puede efectuar una ecografía abdominal si se requiere precisar más en profundidad. Para detectar hinchazón o bloqueos en el conducto pancreático se debe llevar a cabo una ecografía endoscópica y, a su vez, también puede hacerse una resonancia magnética para visualizar más anomalías en la zona digestiva afectada.

Estas son las pruebas más habituales en la detección de una pancreatitis, pero dependiendo de cada situación particular, el doctor podría solicitar otras pruebas para obtener una mayor precisión y seguridad en su diagnóstico.

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Cómo evitar y prevenir una pancreatitis

De cara a evitar la posible aparición de anomalías en el páncreas, conviene conocer con exactitud cuáles son los factores de riesgo. Aquellas personas que deben tener precauciones añadidas son las que padecen sobrepeso u obesidad, así como las que consumen grandes cantidades de alcohol o alimentos ricos en grasas. También son vulnerables los pacientes que, previamente, han sido diagnosticados de cálculos en las vías biliares y en la vesícula. Por último, el nivel alto de triglicéridos en sangre también es un factor de riesgo que puede facilitar la inflamación del páncreas.

Por lo tanto, para evitar esta patología se recomienda trabajo diario y constante. Se debe llevar una dieta equilibrada y saludable, compaginada con ejercicio físico. Una alimentación baja en grasas disminuirá, además, la incidencia de cálculos biliares. Por supuesto, se debe evitar a toda costa la ingesta desmedida de alcohol, ya que puede ser una de las causas de un nivel alto de triglicéridos en sangre.

A su vez, sería recomendable que los pacientes con cólicos biliares y litiasis se planteen una cirugía para extirpar la vesícula. De esta forma, podría evitarse un cuadro de pancreatitis en el futuro.

El páncreas es un órgano fundamental dentro del aparato digestivo y su mal funcionamiento trae consigo graves problemas de salud. Por lo tanto, es esencial hacerse los estudios correspondientes y llevar un estilo de vida que dificulte la aparición de esta enfermedad, si bien es cierto que nadie está totalmente a salvo. A la mínima sospecha de cualquier anomalía en el páncreas, lo más sensato es acudir urgentemente a especialistas en la materia como es nuestro caso.

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