La hernia discal es una lesión frecuente especialmente en las personas mayores. En este blog te explicaremos cuáles son sus síntomas y como, gracias a una resonancia magnética de columna, podemos diagnosticarla y tratarla fácilmente.
¿Qué es una hernia discal?
La hernia discal, también llamada desplazamiento de disco, ocurre cuando se rasgan o rompen los discos, es decir, los tejidos blandos que se encuentran entre los huesos de la columna y que están compuestos de un centro blando similar a un gel y recubiertos de una capa sólida. Al rasgarse esta cobertura, el núcleo blando puede salirse por la apertura causando una hernia. Si la hernia es voluminosa, puede producir un síndrome de cauda equina, también llamado cola de caballo, que requiere una intervención quirúrgica urgente aunque en la mayoría de los casos, podemos tratarla con analgésicos y reposo.
Tipos de hernia discal
La anatomía del disco está formada por una sustancia suave y gelatinosa llamada núcleo pulposo, recubierta de una sustancia más dura llamada anillo fibroso periférico. Una interacción sana y correcta entre los discos y la raíz nerviosa espinal cercana es esencial para no sufrir dolores de espalda aunque, con el tiempo, el anillo puede llegar a desgastarse e incluso a desgarrarse, dejando vulnerables al núcleo y a la raíz del nervio espinal. Cuando una parte -o partes- de un disco dañado se hernian, pueden ejercer presión sobre un nervio causando fuertes pinzamientos. Los síntomas de una hernia de disco, a la que también llamamos radiculopatía, generalmente incluyen dolor, hormigueo, entumecimiento, debilidad y, en ocasiones, sensaciones eléctricas que bajan por la pierna. Según el tipo de disrupción o según qué parte de la estructura del disco esté dañado, podemos distinguir varios tipos de hernia discal.
Hernia discal cervical
La hernia discal cervical es la segunda más frecuente, por debajo de la hernia lumbar y, en la mayoría de los casos, se caracteriza por causar disfunción motora en el cuello así como dolores en la cara y en la cabeza que pueden radiar hasta los brazos y el pecho o entumecimientos y deficiencias sensoriales. Aunque puede afectar a pacientes de cualquier edad, se da una prominencia entre las personas de entre 40 y 50 años y suele localizarse en la parte baja del cuello. Debido a que existen patologías con sintomatología similares, se recomienda realizar un diagnóstico por imagen con resonancia magnética. El pronóstico para los pacientes tratados de hernia discal oscila entre 24 y 36 meses para la recuperación completa y no tiene riesgo de degenerar en trastornos neuronales como la mielopatía. La hernia discal cervical puede ser resultado de una degeneración natural o precipitada por accidentes traumáticos como un levantamiento o un accidente de coche.
Hernia discal dorsal
También llamada hernia torácica, afecta a parte de las 12 vértebras situadas en la parte media-baja de la espalda y que son más fuertes y grandes que las cervicales. Cada una de las vértebras está ligada a una costilla, por lo que, en caso de dañarse, provocan una mayor rigidez y dificultad de movimiento.
La hernia discal dorsal es sin duda de las menos conocidas y se localiza en las vértebras torácicas, el disco invertebrado de las vértebras torácicas y 12 pares de raíces nerviosas espinales. Se caracteriza por dolores en las extremidades inferiores, dolores abdominales o torácicos así como pérdida de sensibilidad en un patrón segmentarlo a través del tórax. Suele darse en pacientes de entre 40 y 50 años. Algunos de sus factores de riesgo incluyen la diabetes mellitus, cambios degenerativos de la columna, como la espondilolisis, traumatismos o disfunciones de la columna como la escoliosis.
Hernia discal lumbar
Esta hernia afecta a las seis vértebras situadas en la parte baja de la espalda. Éstas son las más móviles y las más grandes debido a que cargan con la mayoría de peso de la espalda.
Las hernias discales lumbares son las más frecuentes y causan dolor en la parte baja de la espalda (lumbalgia) que puede irradiar hacia las piernas, causando ciática. Esta hernia suele ser más común entre las personas de 30 a 50 años y en su mayoría afecta a la parte inferior de la columna lumbar. En pacientes de 55 años o más, es habitual que las hernias lumbares se localicen por encima de este nivel. El pronóstico para la mayor cantidad de los casos es favorable y el mayor dolor así como las discapacidades relacionadas con la hernia desaparecen al cabo de dos semanas, aunque existen pacientes que han experimentado los dolores de la radiculopatía hasta un año después del tratamiento. Los factores de riesgo que caracterizan la hernia discal lumbar son las repetidas cargas excesivas en la columna, la vida sedentaria o los cambios degenerativos resultado de un traumatismo o de una infección o de un estrechamiento del canal lumbar también llamado estenosis.
Síntomas de hernia discal
Los síntomas más frecuentes son el dolor agudo, cortante y localizado en la zona del cuello y los brazos (en caso de hernia cervical) y que se irradia desde la espalda y hacia las piernas (en caso de hernia lumbar).
En ocasiones, las hernias discales pueden derivar en problemas posturales como la escoliosis refleja, que ocurre cuando nuestro cuerpo nos incita a buscar una postura más cómoda para sobrellevar el dolor, cargando el peso y curvando nuestra postura.
Otra de las patologías más comunes que derivan de una hernia es la artrosis vertebral, que se produce por un desgaste de los discos intervertebrales normalmente debido al paso del tiempo. Por ello, a partir de cierta edad es normal que, tras una prueba diagnóstica, se muestren signos de artrosis vertebral, normalmente asintomáticas o silenciosas.
Síntomas graves de una hernia discal
Uno de los síntomas más preocupantes y que pueden ser una derivación de problemas más graves que una simple hernia discal son el entumecimiento, el hormigueo y la debilidad muscular.
Resonancia magnética en Madrid para diagnosticar hernia discal
En Magnetosur contamos con un equipo médico especializado y con las mejores aparatologías de diagnóstico por imagen para detectar una hernia discal. Múltiples estudios han determinado que, la resonancia magnética es sin duda la prueba más eficaz para detectar hernias tanto dolorosas como silenciosas.
Diagnóstico para prevenir ciática o lumbalgia
Si sufres dolores de espalda, no tienes por qué acarrearlos toda la vida y, si sospechas de una hernia lumbar o cervical, un diagnóstico a tiempo podrá ahorrarte mucho sufrimiento e incluso salvarte de una ciática o de una lumbalgia. ¡Pide cita con nuestros expertos!
Protusión discal o fisura, los antecedentes de la estenosis del canal espinal
Si tenemos en cuenta las formas de degeneración discal, debemos fijarnos en la etapa de migración del núcleo hacia el exterior, siendo la hernia la versión más extrema.
La protusión discal ocurre cuando el núcleo del disco sobresale pero no se rompe sino que permanece en la estructura del disco y, si el núcleo está contenido dentro del anillo únicamente por las fibras más externas del mismo, hablamos de un prolapso de disco.
Por otro lado, cuando el material blando que compone el núcleo se escapa de la estructura hacia el espacio epidural cercano, pero sigue conectado al disco, ocurre una extrusión de disco y, debido a lo desgarros en la fibras anulares, el material blando puede fluir hacia el exterior. Finalmente, hablamos de hernia, disco migrado o secuestrado cuando tanto los fragmentos del disco como el núcleo se encuentran fuera del disco, llegando a irritar la raíz nerviosa espinal.
Todas estas patologías pueden llevar a múltiples enfermedades, como la estenosis del canal espinal. Se trata de una afección en cual el canal espinal experimenta un estrechamiento que deriva en la compresión de las raíces nerviosas y de la médula espinal. Además, puesto que está ligada al envejecimiento, la estenosis es una de las lesiones no traumáticas más comunes de la médula espinal en personas mayores de 50 años y puede subdividirse en estenosis congénita -presente al nacer y localizada en el tracto lumbar-, adquirida -situada sobre todo en el tracto lumbar o cervical- o mixta-que se aplica a pacientes que ya tienen un canal espinal estrecho y se someten a cambios degenerativos-. Esta enfermedad puede tratarse con múltiples modalidades terapéutica y sus planes de tratamiento suelen ser individualizados para cada paciente. Además, y dado que raramente deriva en problemas neuronales y por ello, la primera línea es el tratamiento, antepuesto a las intervenciones quirúrgicas y siempre dirigidos a reducir el dolor sin alterar el estrechamiento subyacente.
Degeneración discal y artrosis vertebral
Como ya hemos visto, el disco puede sufrir degeneraciones debido al paso del tiempo o de otros factores externos. Algunas de estas disfunciones son la desecación, la fibrosis, el estrechamiento del espacio del disco, las fisuras anulares, los cambios inflamatorios o la degeneración mucinosa del anillo. La pérdida de cuerpo en los discos contribuye a que las fuerzas sean redirigidas hacia otros ejes musculares, lo que puede causar artrosis vertebral.
Los mejores tratamientos para la hernia discal
El tratamiento principal es siempre el reposo para evitar que la fisura vaya a más. Asimismo es frecuente el tratamiento con analgésicos o antiinflamatorios no esteroideos. Como ultima opción y en casos de hernias más graves podemos recurrir a la microdiscectomía, una cirugía cuyo fin es aliviar la presión sobre la raíz nerviosa afectada así como técnicas de fijación e incluso de sustitución de disco intervertebral.
Ejercicios y medicamentos para aliviar el dolor
Los técnicos fisioterapeutas pueden ayudarte a la recuperación con técnicas manuales, electromagnéticas, de calor o con ejercicios dirigidos personalmente según el tipo de hernia y su localización.
Cómo vivir con una hernia de disco
Vivir con una hernia es posible aunque eliminar el dolor es esencial. Para ello, sigue las recomendaciones de tu médico, toma tus medicamentos, realiza movimientos suaves y acude a rehabilitación para fortalecer la columna. En caso de cirugía, se recomienda no coger peso ni practicar ejercicios sin supervisión durante los 3 meses posteriores a la intervención.
Operación de hernia discal mediante endoscopia de columna
La endoscopia avanzada de columna es una técnica poco invasiva y muy innovadora que nos permite distinguir patologías como la hernia discal gracias a una incisión superficial que nos permite una exploración del canal espinal con una óptica HD con un aporte constante de luz. De esta manera podemos visualizar el disco intervertebral y las raíces nerviosas afectadas para un diagnóstico y un tratamiento más claro.
De cara a prevenir lesiones mayores y acabar con las dolencias que puede provocar una hernia discal, es importante acudir a tiempo a un especialista que pueda diagnosticar el problema mediante diversas pruebas, como puede ser una resonancia magnética. Si lo deseas, no dudes en contactar con nuestra clínica de resonancia magnética en Getafe para reservar tu cita.